Las tecnologías de baterías para automóviles más comunes son las baterías de plomo-ácido, así como las baterías de iones de litio.
Las baterías de plomo-ácido son las más antiguas y comunes. Generalmente se instalan en vehículos más antiguos y requieren menos dispositivos electrónicos.
Las baterías de iones de litio se utilizan cada vez más en los coches eléctricos e híbridos debido a su alta densidad energética y su bajo peso. También son más duraderas que las baterías de plomo-ácido.
Los vehículos Start & Stop generalmente utilizan “baterías AGM” (esterilla de vidrio absorbente) o EFB (batería inundada mejorada). Las baterías AGM están diseñadas para soportar ciclos de descarga más frecuentes que las baterías tradicionales. Están sellados y son impermeables, lo que reduce el riesgo de fugas de ácido y daños a los componentes electrónicos del vehículo. Las baterías EFB son una alternativa más económica, pero ofrecen una vida útil ligeramente más corta.
Por último, existen baterías para automóviles de electrolitos sólidos, que utilizan electrolitos sólidos en lugar de líquidos para transportar iones entre los electrodos. Esta tecnología aún está en desarrollo y aún no se utiliza ampliamente en los automóviles.